¿Sabías que en Guimarães nació la nación portuguesa? ¿Sabías que su centro histórico fue declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO?... Puede parecer un municipio cualquiera… ¡pero no lo es! Sus plazas, arcos y calles estrechas encierran muchos secretos y sorpresas.. ¿Queréis descubrirlas con nosotros? ¡Vamos allá!
“Aquí nasceu Portugal”
La ciudad de Guimaraes se encuentra ligada al nacimiento de la identidad nacional portuguesa (s.XII). Su identidad es la de conservar edificios y calles como en la época medieval en la que se construyeron junto con edificios modernos y actuales… ¡Es un contraste brutal! Merece mucho la pena invertir un día o dos en esta preciosa ciudad.
Alfonso I de Portugal, primer rey de Portugal, nació en Guimaraes, por eso se dice que la nación germinó allí.
El centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001, además de ser elegida Capital Europea de la Cultura en 2012… ¡poca broma!
Cómo llegar desde Oporto
En todas las guías de viajes u otros blogs de viajes, se recomendaba emplear un día de viaje para ver esta ciudad y así hicimos… ¡De verdad de la buena que agradecimos tal consejo”
Salimos de la estación de Sao Bento, allí mismo compramos el billete. Muy sencillo.
El precio del viaje fue:
- Tarjeta de movilidad — 0.50 euros
- Viaje Oporto – Guimaraes (ida y vuelta). 6.50 euros
Información: El viaje era abierto, por lo que sólo teníamos que validar el billete antes de coger el tren. Podíamos elegir la hora que quisiéramos para partir y para volver, lo que te da flexibilidad absoluta para viajar.
Largo del Toural
El Largo del Toural es una plaza adoquinada muuyyyyyyyyy amplia. Allí hay comercios varios como farmacias, bares para tomar algo, etc. La verdad que el día que fuimos hacía un sol radiante y todo brillaba de una manera que nos sorprendió bastante, debido a que la piedra (de color grisácea) reflejaba la luz de una manera muy bonita.
En esta plaza se encuentra la Iglesia de San Pedro.
Un buen sitio para descansar, tomar algo en la terraza de algún bar o simplemente para detenerse y ver cómo discurre la vida en esta preciosa ciudad.
¡Ojo!: Fijaos en la arquitectura… ¡En la inmensa belleza de los edificios!.
Pazo de los Duques de Braganza
Este palacio, construido en el siglo XV, da buena cuenta del potente legado cultural conservado durante años. Dicho pazo fue construido por Alfonso I de Braganza, dice la historia que para su amante.
Una vez entras en el tour, tienes mucha información para leer y enterarte de toda la historia del edificio. Todas las habitaciones/estancias tienen su correspondiente panel con información: planos y descripción de cada objeto que allí se puede ver. Puede que sea el monumento mejor organizado y que proporciona más información de los que hayamos estado nunca… ¡En tremendo!
El precio de la entrada es de 6 euros por persona.
Creo que la visita es obligada. El palacio está en un estado de conservación perfecto y hay muuuuuuuucho que ver.
Página web del palacio, donde podréis encontrar información actualizada.
Castillo de Guimarães
Este impresionante castillo, clasificado como Monumento Nacional y elegido como una de las 7 maravillas de Portugal, se encuentra muy cerca del Pazo de Los Duques. De hecho, nosotros en ningún momento cogimos ningún transporte para movernos desde una atracción turística a otra.
A dicho castillo está ligada una historia militar muy potente. Hasta finales del siglo XIV, el castillo de Guimarães presenció heróicos combates para la defensa de la integridad del, por entonces, jóven reino de Portugal.
Siglos después dicho castillo fue abandonado, hasta que en la primera del s. XX se comenzara a restaurar cuidadosamente, recuperando su grandiosidad y belleza originales.
Iglesia de “Nossa Senhora da consolação e santos pasos”
Bajando del Castillo y saliendo casi del centro histórico, damos con una vista preciosa y con una estampa maravillosa. Una fuente que preside un jardín lleno de flores y, al final del todo, una imponente iglesia . Debido al nombre tan largo, se le conoce como Igreja da Consolação (Iglesia de la consolación) o Igreja dos Santos Passos (Iglesia de los Santos Pasos).
Los orígenes de dicha iglesia datan de 1576. Era una pequeña capilla que estaba dedicada a Nuestra Señora de la Consolación. En 1785, se completó la iglesia, de estilo barroco. Un siglo después, se añadieron dos torres al frente de la iglesia, hasta llegar a ser lo que contemplamos en la actualidad.
Nosotros no entramos dentro, la verdad sea dicha. El horario estaba en la puerta. ¡Ojo que puede cambiar!
Horario: Lunes a sábados de las 7:30h a las 12:00h y de 15:00h a 17:00h y los domingos de las 7:30h a las 12:00h
Teleférico de Guimarães
Aunque, nos quedan muchas cosas por enseñaros, para no hacer muy larga la publicación, terminamos con lo que más nos pudo gustar de todo. El teleférico de Guimarães y las vistas cuando llegas a la cumbre… ¡Impresionante!. Encima nos hizo un día “de escándalo” (como diría el gran Raphael) y se veía absolutamente todo el horizonte. ¡Recomendable 100% su visita, desde luego!
La entrada al teleférico está a pocos metros del centro de la ciudad. Nosotros nos ubicamos con el mapa y llegamos también con la ayuda de Google Maps. En todo momento fuimos andando, ya que está muy cerca del centro, como digo y de la Iglesia de Nuestra señora de la Consolación.
Los precios para subir al teleférico, los enseñamos en una foto.
Nuestro objetivo era subir al Santuario de la Peña (o santuario da Penha). Se puede ir en coche, hay zonas habilitadas para aparcar de manera gratuita, tanto arriba como abajo de la subida. También vimos una ruta para subir andando, campo a través. Pero no pudimos hacerlo por falta de tiempo.
En el mismo teleférico, hay aseos para poder hacer nuestras necesidades, es un detalle importante. Decir, que estaban muy limpios, cuando nosotros hicimos uso de ellos. Además, están adaptados para personas que deben ir en silla de ruedas.
Los cubículos del teleférico no son actuales, pero sí tuvimos la sensación de que fueran seguros y, para mí, era cómodos. Además, te permitían ver todo el paisaje.
La duración del viaje creo que era la suficiente como para no agobiarte y disfrutar del camino.
Imagínense, unos minutos de viaje, relajado y con una panorámica impresionante, llegamos a la cumbre del llamado alto de la Peña. Bueno pues, lo que allí nos esperaba era otra sorpresa. Una serie de caminos sinuosos hasta el Santuario. Llenos de musgo y vegetación. Todo muy cuidado al detalle. ¡Parece de cuento, de verdad!
Aquel día hacía calor recuerdo… pues bueno, ¡qué fresquito y qué alegría poder pasear sin agobios!. Nos hizo una temperatura ideal bajo esos árboles.
Tras unos minutos caminando, llegamos al final del camino. Todas las rutas llevan al final al mismo sitio… ¡Al Santuario!
Pero esto no es lo mejor de todo… Detrás de este edificio religioso, hay una explanada donde poder sentarnos a admirar las vistas majestuosas del lugar. ¡Todo Guimarães a nuestros pies! ¡Qué lujazo, de verdad!
La foto no hace justicia, desde luego. Hay que estar allí para sentir la brisa en la cara y para escuchar el canto de los pájaros y los rezos que provienen del templo. Es algo mágico.
En definitiva, Guimarães nos encantó. Estuvimos sólo gran parte de un día y nos quedaron cosas por ver… Comimos por un precio muy bueno y estaba todo riquísimo. La gente de allí muy amable y servicial. La verdad que fue un viaje estupendo y que recomendamos hacer, si visitáis Oporto y tenéis algún día libre.